Un faro en la oscuridad

La noche me abraza por los cinco costados. Las luces de los vehículos con los que me cruzo me van sacando intermitentemente del trance en el que me encuentro. Las lágrimas, cómodamente, inundan mis ojos y, como si quisieran evitar la caída libre, van acariciándome, húmedamente, resvalando por mis mejillas. Dicen que no se llora de alegría. Según parece, después de culminar un proceso con éxito, las lágrimas llegan porqué nos conectamos con todo el esfuerzo que le hemos dedicado a la empresa de la que, ahora, recogemos el fruto. El ruido del motor y el frío de las siete de la tarde me llevan a visualizar el claustro de profesores y profesoras de la escuela pública Teresa Godes i Domènech de la La Joncosa del Montmell. Lloro de alegría por ellos.

C. Freinet (1896 – 1966) ya apunta que las adquisiciones no se consiguen, como se cree a veces, mediante el estudio de reglas y leyes, sino por la experiencia. Y, en este sentido, J. Dewey (1859 – 1952) no duda en defender que todos los seres humanos aprendemos mediante la confrontación con situaciones problemáticas que surgen en el curso de las actividades que nos interesan. Durante el siglo XX, la Escuela Activa propugna el rol activo que el alumno y la alumna desempeñan en su propia educación. Piaget (1896 – 1980), defensor del papel fundamental de la actividad, la iniciativa y la autonomía en el aprendizaje, pone las bases psicopedagógicas a la idea que el conocimiento de todas las cosas es un proceso mental e interno de cada persona que se desarrolla conforme ésta interactúa con su entorno. Y, algunos años antes, y sin haber leído al suizo, M. Montessori (1870 – 1952) aboga por la actividad dirigida por el niño y por adaptar el entorno a su particular nivel de desarrollo.

Los padres del constructivismo, Piaget, Vigotsky (1896 – 1934) o Ausubel (1918 – 2008), reconocen, sin ningún reparo, al hacer como el aliado perfecto de los procesos de enseñanza-aprendizaje, ya que los conocimientos concretos son más y mejor incorporados por el niño que los simbólicos.

Cuando como educadores miramos y escuchamos al niño des de la confianza y el respeto ponemos los cimientos de la colaboración. Cuando como educadores creamos contextos relacionales que permiten que el niño se sienta aceptado… dejamos que la Vida entre en el aula. P. Freire (1921 – 1997) lo enriquece diciendo que es importante que el educador y la educadora no sean autoritarios, que no se crean que en la relación educador-educando el único que educa es el educador.

Permitir el trabajo en equipo, ubicar la sala de manera que todos y todas nos sintamos que pertenecemos a un grupo, es un homenaje a R. Cousinet (1881 – 1973), uno de los padres del método del trabajo en equipo; y, sin duda, un guiño a los préstamos, que damos y recibimos en el viaje de aprender, que con tanto acierto apunta Vigotsky.

Kilpatrick (1871 – 1965), colaborador de Dewey y considerado el padre del trabajo por proyectos, formula su método porqué demuestra que el aprendizaje es mucho más profundo cuando es consecuencia de experiencias significativas, ya que esto le permite al niño ser responsable y copartícipe de la planificación, producción y comprensión de una experiencia. De esta forma, guiar los procesos de aprendizaje siguiendo y respetando los intereses naturales de los niños y las niñas no deja de ser una de las herencia que recibimos de Decrloy (1871 – 1932) y que, Freinet, con esmero y cariño, corrige y aumenta.

Ver más allá del síntoma y darle su sitio como expresión del sistema; dejarnos seducir por el amor; abrir de par en par las puertas a la emoción; mojarnos con la lluvia fina de la aceptación del niño como legítimo otro; darnos cuenta que detrás de un problema de aprendizaje suele haber una emoción bloqueada, o una mirada despistada del adulto que observa el proceso; lo recibimos del biólogo H. Maturana (1928).

Dar un lugar al cuerpo, honrar a las emociones, reubicar el mundo de las ideas, e integrarlos, de manera armónica y equilibrada, a todos ellos, cuerpo – emociones – pensamientos, en un todo que nos permita Ser es uno de los grandes logros de C. Naranjo (1932) que, con gran saber, nos adapta, entre otras cosas, de Gurdjieff (1869 – 1949).

Entro en casa después de 45 minutos de carretera. Me pongo a escribir:

Querido claustro del CEIP Teresa Godes i Domènech, a todos y todas, desde las que formáis parte del equipo directivo hasta las que aseguráis que las aulas estén limpias y agradables, quiero daros las gracias. Gracias por dar luz a la pedagogía. Gracias por ser uno de los faros que iluminan esta oscuridad. Gracias por haber optado por un camino difícil y, a menudo, pedregoso; aunque, cabe decirlo, no exento de alegrías. Gracias por mostrarme vuestra ilusión, vuestro dolor, vuestra tristeza, vuestro esfuerzo, vuestra esperanza, vuestra risa, vuestra humanidad. Gracias por seguir andando, enviando destellos a cada rato, a pesar de las dudas y la muchas dificultades que se os presentan día a día. Gracias por ver a los niños y a las niñas como Seres humanos con todo su potencial interno por desarrollar. Gracias por intentar trasladar al siglo XXI algunos los mejores aciertos pedagógicos del siglo XX.

Aquesta entrada s'ha publicat en Aprendizaje y Desarrollo, Constructivismo, Derechos i etiquetada amb , , , , , , , , , , , , . Afegiu a les adreces d'interès l'enllaç permanent.

8 respostes a Un faro en la oscuridad

  1. Judith ha dit:

    Y gracias también a ti, Guillem, por ser como eres. No te quedes nunca sin lágrimas como esas…
    Un abrazo.

    • Guillem Massot ha dit:

      Judith, muchas gracias por el comentario.
      Últimamente, las lágrimas están marcando muchas cosas en mi dia a dia. Sin más, a menudo, me sorprendo a mi mismo llorando. Y, cuando sucede, estoy ahi, sin más…

      Un fuerte abrazo

  2. Toni ha dit:

    Estimat Guillem,
    La teva presència a la Teresa Godes ha marcat un abans i un després, tot canvia constantment com molt bé dius, adaptant-se. La teva presència ens ha servit per constatar que no viatgem soles, que en aquest llarg camí, que no acabarà mai, tenim algunes certesses científiques que ens donen força i realitat a la nostra pràctica quotidiana. Però que a més que, lluny de tenir por a treballar amb les emocions, hem de conviure i aprendre amb elles i d’elles. Gràcies per acompanyar-nos tant i tan bé, et tenim molt present a la nostra, ara teva també, escola. Seguim regant-la cada dia.
    Toni

  3. danidelolmo ha dit:

    La interacción con gente, el conectar con otros seres, compartir experiencias y dejar que los lazos se enreden unos con los otros. Una mirada, un estoy aquí y quiero que lo sepas, actos tan sencillos como el no decir nada. Esas lágrimas Guillem son compartidas, y debo estar agradecido contigo por enseñar que a veces solo basta una pequeña cerilla para iluminar un oscuro camino.

    Con poca luz, haces mucho…y créeme la experiencia fue única!! Gracias!!

  4. Cristina ha dit:

    Guillem,
    va ser un plaer tenir-te per aquí.
    Una abraçada,
    Cristina

    • Guillem Massot ha dit:

      Moltes gràcies, Cristina.
      La feina que esteu fent val molt la pena; i, penso, fa molta falta.
      El fet que hi hagi persones com vosaltres que aposteu per una manera de fer més respectuosa amb els infants és un molt gran…
      Endavant amb la bona feina que feu…

      Una abraçada

Deixa un comentari